Articulos de Jorge Rivero

La Industria del Espectáculo Motivacional: ¿Inspiración o Negocio?

Hoy en día, parece que muchos “conferencistas motivacionales” han convertido la superación personal en un espectáculo. En lugar de enseñar herramientas prácticas, recurren a trucos llamativos para impactar a su audiencia.

  • El Show Motivacional: Se enfoca en gritos de “empoderamiento”, saltos y bailes al ritmo de canciones como «We Are the Champions». En algunos casos, convierten el evento en una especie de discoteca, con música, luces y vapor que apelan más a las emociones que a la razón.
  • Dinámicas Extremas: Desde caminar sobre brasas hasta romper bloques de madera, estas actividades buscan transmitir la ilusión de superar límites. ¿Pero realmente un pie quemado puede compararse al dolor de una traición?
  • Sensibilización y Manipulación: En la penumbra, rodeados de velas y música, los asistentes son llevados a revivir traumas o momentos emotivos, haciéndolos vulnerables y más propensos a ser influenciados.

Todo esto se refuerza con frases impactantes y la promesa de éxito, pero, ¿qué sucede después? La euforia dura unos días, y la motivación se desvanece rápidamente, creando una dependencia en el “gurú” para volver a llenar el vacío.

El Negocio de la Motivación

Estos “motivadores” a menudo carecen de verdadera experiencia en superación personal. Su especialidad es enriquecer sus propias cuentas bancarias, aprovechándose de organizaciones que buscan exprimir a sus empleados en lugar de verdaderamente empoderarlos.

Los libros de autoayuda refuerzan esta maquinaria. Desde “El monje que vendió su Ferrari” hasta “¿Quién se ha llevado mi queso?”, los títulos parecen una cadena interminable de promesas vacías. Cada uno vende el siguiente, perpetuando un ciclo de marketing al más puro estilo norteamericano.

Un Camino Alternativo

Personalmente, creo en un enfoque distinto. Prefiero hablar de las verdades incómodas: los efectos negativos de los medios de comunicación, la educación manipulada, y los desafíos reales de la vida moderna. No pretendo vender una receta mágica. No existen atajos; el éxito requiere tiempo, esfuerzo y dedicación.

Dios es mi guía, y busco ser un instrumento de su voluntad, brindando valor sin manipular sueños ni emociones. Quiero mostrar opciones reales, inspirar desde la verdad y no desde trucos fugaces. La pregunta que dejo es:

  • ¿Realmente necesitas ser el más grande del mundo o el más rico?
  • ¿No sería mejor ser un ser humano realizado, lleno de amor y felicidad genuina?

Jorge Rivero ha impartido más de 5,000 CONFERENCIAS, SEMINARIOS Y CURSOS en 21 países, más de 300 ciudades, para miles de organizaciones, empresas, universidades, y eventos abiertos al público.

Es el Fundador y Presidente del Directorio de la Red Mundial de Conferencistas. 

Es considerado como el MAESTRO de los Conferencistas Profesionales.

"La Corrida de Toros"

Veamos que es una corrida de toros. Primero se encierra al torito en un cajón oscuro, lo que tiene el efecto de aterrorizarlo. Cuando lo sueltan y antes de que llegue al ruedo le clavan el primer arpón de puntas aceradas (divisa). Un animal previamente maltratado, manipulado, encerrado en la oscuridad y con el dolor que le produce la divisa, recorre al galope el ruedo en una actitud aparentemente furiosa. Realmente, cuando el toro desemboca en la plaza, es un animal aterrorizado que busca desesperadamente la salida.

Luego viene el picador montado en su brioso caballo, debe clavar la pica en el cuello del toro. Casi siempre resultan heridas de 14 cm. de profundidad y hasta 40 cm. de extensión, se provoca una hemorragia abundante o perforan el pulmón. Si el toro le parece al torero demasiado peligroso el picador lo «castiga» aún más, dejándolo chorreando sangre, medio muerto y limitado grandemente en su capacidad de movimiento. Cada toro recibe una media de 3 ó 4 puyazos.

Después del trabajo del picador, el torero demuestra su “valor” dándole pases de muleta, agotándolo por el esfuerzo y la pérdida de sangre. El toro además de mansurrón es un animal miope, daltónico, torpe e ingenuo que embiste al trapo que agitan delante de él, creyéndole culpable de sus males. Llaman asesino al toro que no se deja engañar y embiste al hombre.

No nos podemos olvidar de las banderillas con sus afilados arpones metálicos de 5 centímetros y más largos aún en las banderillas negras. Los banderilleros clavan 4 ó 6 de estos arpones en las mismas horribles heridas de los puyazos o cerca de ellas. A cada movimiento del toro, las banderillas se mueven haciendo que los arpones desgarren cada vez más la carne, aumentando la hemorragia y “completando” la sádica labor del picador. El terrible dolor que le producen todas estas heridas y el destrozo de los músculos del cuello es lo que obliga al toro a agachar la cabeza. Cuando el toro llega al ruedo tiene el “grave defecto” (debe ser un «error» de la Naturaleza) de llevar la cabeza alta. En esta postura, para matarlo, el torero se tendría que subir a una escalera para clavarle la espada y esto no sería práctico ni conforme a la sublime “dignidad” de los torturadores.

Cuando el toro tiene ya la cabeza gacha el valiente torero entra a matar, trata de clavar la espada de casi un metro cerca de las vértebras para lesionar el corazón o algún vaso sanguíneo importante. Esto es la teoría y no pasa casi nunca. Lo más normal es que la espada sólo acierte a alcanzar los pulmones y que el animal agonice lentamente ahogado en su propia sangre, después de varios intentos infructuosos el toro todavía está vivo, agonizante, gimiendo lastimeramente, vomitando y perdiendo orina.

Finalmente, se le da la puntilla para intentar seccionar la médula espinal. Si la médula no es seccionada sino sólo dañada, el toro no está realmente muerto, sino con un cierto grado de parálisis y es arrastrado vivo y consciente. Aun en el caso de que la médula quede seccionada, la cabeza del toro sigue “viva” unos minutos, por lo que siente perfectamente el dolor al cortarle las orejas. El toro nunca llega totalmente muerto al segundo acto de la carnicería, lo más terrible es que todo esto se hace en nombre del Señor de los Milagros, la Virgen de la Macarena, la Virgen de la Soledad y del Jesús del Gran Poder.

Jorge Rivero ha impartido más de 5,000 CONFERENCIAS, SEMINARIOS Y CURSOS en 21 países, más de 300 ciudades, para miles de organizaciones, empresas, universidades, y eventos abiertos al público.

Es el Fundador y Presidente del Directorio de la Red Mundial de Conferencistas. 

Es considerado como el MAESTRO de los Conferencistas Profesionales.

"El Significado de las Palabras"

Antes que nada, es quizás deseable definir los términos que utilizamos en nuestras conferencias, así como también algunos otros que con frecuencia se ven asociados a ellos. Espíritu -y por tanto, «espiritualidad»- se asocia con «soplo» o «soplo vital» en casi todas las lenguas del mundo: ru’ah en hebreo, pneuma en griego y atman en sánscrito. En la tradición mística o esotérica cristiana, el hombre espiritual es aquél que pone el acento en el hombre interior, que quita importancia a ritos y dogmas, en beneficio del Cristo interior. La palabra «misticismo», que es asociada con frecuencia con «espiritualidad», proviene del griego mysterion, que significa «ceremonia secreta»: aquellos que se han encontrado con lo inefable o desean encontrarlo, se reúnen en ceremonias para compartir, generalmente en forma no verbal.

La palabra «religión» proviene de la raíz religare, que significa reunir, vincular. El sentido que se le da a esto es el de una reunión con la esencia de nuestro ser; y es una reunión, pues la unión con esa fuente ya existe, aun cuando no seamos conscientes de esto.

Hay otras dos palabras que en nuestra cultura asociamos con frecuencia al ámbito espiritual: «esotérico» y «Cristo».

«Cristo» es una palabra que erróneamente suele ser asociada sólo a Jesús de Nazaret. La palabra Cristo proviene de la palabra sánscrita Krishna; al sufrir la adaptación al idioma Arameo -el que Jesús hablaba- se transformó en Cristo. Otras versiones sostienen que el término proviene del Arameo meshiah, el que traducido al griego Cristós, significa Ungido. Cristo alude al florecer supremo de la consciencia; no es entonces el nombre de una persona, sino el de un estado de consciencia.

Respecto a «esotérico», se dice que los antiguos filósofos tenían una doble doctrina: una externa, pública, o exotérica y otra interna, secreta o esotérica. La palabra proviene del griego esó, que significa adentro, dentro, en el interior. La connotación popular de misterio que comúnmente se asocia a esta palabra puede deberse a que las enseñanzas de los antiguos filósofos solían impartirse en círculos relativamente cerrados de discípulos, no a la gran masa. Es fácil comprender los motivos de esto si observamos lo ocurrido con Sócrates y muchos otros que no fueron comprendidos en su tiempo, como suele ocurrir con los sabios.

Jorge Rivero ha impartido más de 5,000 CONFERENCIAS, SEMINARIOS Y CURSOS en 21 países, más de 300 ciudades, para miles de organizaciones, empresas, universidades, y eventos abiertos al público.

Es el Fundador y Presidente del Directorio de la Red Mundial de Conferencistas. 

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